Vidas prestadas
Demasiado cobarde para vivir la suya, se inventaba nuevas vidas con distintas personalidades, y fantaseaba con ser otra persona, en otro país, en cualquier siglo pasado o futuro.
Le gustaba ir a los bares sin más compañía que su libreta verde, y anotaba cualquier palabra, mirada o sonrisa que se le cruzara.
Después, cuidadosamente, se inventaba una nueva personalidad dependiendo de cómo se sintiera ese día. Podía ser cualquier cosa, todo lo que siempre había soñado. Y durante el tiempo que duraba la farsa era feliz.…