Esperando
Todos los días se sentaba a la misma hora a esperar el autobús.
Los habituales de la parada ya la conocían pero se preguntaban qué autobús esperaría, puesto que nunca la veían subirse a ninguno.
Mirada ausente y nostálgica sonrisa. No aparentaba más de 20 con esa cara aniñada salpicada de pecas.
A veces escuchaba música con unos enormes cascos, y otras leía algún libro o escribía en una vieja y gastada libreta de color azul. Siempre con esa mirada triste y ausente, aunque sus labios esbozaran una tímida sonrisa.
Alguien le preguntó una vez si había pasado ya el autobús, y ella respondió con un simple encogimiento de hombros. Ni una palabra. Demasiado sumida en sus pensamientos para mirar siquiera a nadie.
Y allí siguió. Días, meses y años.
Esperando un autobús que nunca llegaba.
Esperando a alguien que ya no volvería.
2 comentarios
Mola el relato!. Y me encanta el nuevo diseño. Enhorabuena a las premiadas! 🙂
Breve pero eficaz imagen de esa espera desesperada y absurda en que se convierten muchas vidas solitarias, ancladas en el pasado. Un placer habertr descubierto hoy. Un saludo.